¡Hey!, amigos de los buenos humos, hoy os traigo una historia vivida en primera persona de estos 3 días en el Spring Yoga Festival en Valencia.
Bien, empezando por el principio y llamando a cada cosa por su nombre, hay que reconocer que, el trato inicial con los dirigentes de la organización, fue impecable a la hora de atender nuestra petición de formar parte de los más de 50 expositores del festival.
El tema es que todo el recinto estaba lleno y ya no quedaba espacio disponible para exponer nuestro stand, aún así, desde el buen trato y la simpatía nos comentaron que si había una baja, podríamos ocupar su sitio.
Tras unas horas nos devolvieron la llamada y nos dijeron que efectivamente, había un expositor que por motivos de salud, no podría venir a montar. Así que nos confirmaron que la plaza era para nosotros.
Nos reiteraron que el día de montaje del stand era el jueves, ya que la apertura oficial del programa era el viernes.
Llegamos el jueves a las 16h, nos dicen el sitio donde montar, que curiosamente no era el de la baja, era en una esquina, lo más lejos del escenario, sin cuadro eléctrico. Se entienden estas cosas cuando llegas el último, bien, no es problema.
Recuerdo perfectamente que éramos muy pocos, como se ve en la foto, pero recuerdo aún más, los 46 grados centígrados de calor y aire caliente que hacía ese día. (para los valencianos, si si, ese día que se batió record de calor en la comunidad)
Preparamos todo en su sitio; toldos, mesas, apliques y parte del material. Lo curioso es que allí faltaban muchos expositores por venir a montar siendo las horas que se iban haciendo.
El viernes llegamos a las 9am y fue entonces cuando los más de 50 expositores iban llegando para montar.
Eso ya nos empezó a mosquear, ya que nosotros venimos desde Castellón y era evidente que el montaje era el viernes, y no jueves como nos habían advertido a nosotros en varias ocasiones. Y por consiguiente creándonos un viaje y costes económicos y de tiempo innecesarios.
Viernes y Sábado de festival
Bien, el ambiente del festival era realmente de calidad, se respiraban momentos únicos de serenidad viendo a tanta gente haciendo yoga, danzando… y música en directo, un puntazo, la verdad es que para todos los que les gusta el yoga, es un sitio donde seguro aprendes cosas nuevas y te enriqueces de conocer a gente en la mima sintonía. De eso no hay duda.
Mucho expositor, para tan poca gente
Nuestra opinión como expositores es que este festival es para NO repetir, por varias razones que detallamos a continuación:
Nos sorprendió mucho cuando nos dimos cuenta, de que todos los expositores montan dentro del recinto y no fuera, por consiguiente, el publico objetivo para esos más de 50 expositores solo eran los que habían comprado una entrada previa o pagaban para entrar en el recinto.
Estuvimos todo el viernes y el sábado hablando con nuestros vecinos expositores, mirándonos las caras y comentando la jugada. Era muy evidente que lo que estaba sucediendo, nos estaba pasando a todos, bueno a todos, menos a los expositores que vendían comida, a ellos si que les fue bien.
Climatología adversa para expositores, sol y aire
Hay que decir que el sol y el aire nos gustan mucho, es símbolo de vida y renovación, que duda cabe que son los dos motores de nuestra vida, nuestro padre sol que nos ilumina y el aire que respiramos para seguir viviendo.
También es sabido que los excesos, no son buenos.
Han sido dos días de difícil montaje, ya que NO se podían poner piquetas en el suelo para asegurar las carpas y toldos, algo que si hubiese hecho mucho aire de golpe, podría haber ocasionado un desastre, ya no de material, sino que te cae una carpa en la cabeza y ya está el lío montado.
En todo el recinto de expositores, no había ni una sola sombra, el sol, entraba desde bien temprano hasta dentro de nuestro stand, y por la tarde al revés, por la parte trasera. Tuvimos que buscarnos la vida con mantas y toldos extra, para crear algo de sombra que ofreciera alivio.
Para la organización, un tremendo negocio, para el 90% de expositores, perdidas
Hablando sobre el tema con un amigo periodista de la ciudad (Valencia) que escribe columnas en un prestigioso diario, nos comentaba que el año pasado había sido un evento normal, con 25 stands. Que lo raro de este año es que se multiplicara por dos.
Se ha sacado un dineral de los expositores, también de la asistencia de alumnos y participantes del evento.
Los costes en publicidad son mínimos, sin cuña de radio/tv y con una difusión absolutamente lamentable de un cartel que ni siquiera informa de que habrá un “Mercadito” o puestos artesanos en el lugar.
Por lo que muchos asistentes venían con su zafú, su esterilla y su vibra para practicar yoga, pero sin un euro en el bolsillo o lo justo para un crep y tomarse un té.
Más de 50 expositores este año. La organización dice que habían 1000 personas, pero mucha gente coincide que no fue así y que los yoguis que se acercaron al evento fueron menos de 500.
Consecuencias y tips para futuros expositores
Bien, lo que nos ha movido a redactar este e-mail es la poca atención de la organización para pasar por los stands a preguntar como iba todo, a ver si había algo que se pudiera mejorar, o simplemente a que nos preguntaran del porqué estábamos desmontando el sábado por la noche, cuando aún quedaba el domingo.
Actuamos por saturación, nos fuimos porque estar allí y no estar, era lo mismo.
Hay muchas cosas que pulir, ojalá que en el futuro sepan mejorar y encajar las críticas que vienen de fuera.
Dinero y espiritualidad pueden fluir bien si hay transparencia y objetividad, pero si no hay ambas, pues eso, que otra vez el dinero lo corrompe todo.
Desde Copalosanto tomaremos medidas con este asunto, ya que han sido muchas horas perdidas y esfuerzo en vano. Aunque lo mínimo que podemos hacer es esto, informar a nuestro público, que no es oro todo lo que reluce.
Desde el perfil de Facebook de Spring Yoga Festival todo se ve idílico, y no digo que no lo fuera para los asistentes, pero que tengan en cuenta también los asistentes de que quizás el 90% de los expositores, no volverán al año que viene, sino, tiempo al tiempo.
Posibles soluciones
Las posibles soluciones;
– Que se acceda al mercadillo sin tener que pagar previamente entrada al festival, para así poder atraer más público al evento y no estar limitado como expositor. Así, cualquier persona que pase por la calle podría acceder al mercadillo porque le sea fácil el acceso.
– Que la organización se preocupe más por los expositores, que son los que más pagan por estar allí. Pasando de vez en cuando por los stands para recoger las impresiones que van surgiendo y darles solución in situ.
– Que las actividades estén con espacios de tiempo de descanso entre unas y otras, ya que si están tan solapadas como estaban, no hay espacio de tiempo para que los asistentes vengan a la zona de mercadillo a pasearse y ver si le gusta algo, pues ante tener que elegir hacer otra actividad o ir a comprar, elijan hacer de nuevo una actividad, lógicamente ya que es a lo que han venido, las tenían pagadas.
– Crear un circuito único de paso hacia las actividades que sea a través de la zona de mercadillo.
La parte positiva
Queremos pensar que todo tiene su parte positiva, y es cierto que hemos sacado una buena enseñanza de toda esta experiencia. Es como la vida misma, hay muchos maestros que te enseñan a como ser, y otros te enseñan a como no ser.
Gracias a todos por la dedicación a la lectura de este post y su posible difusión.
Pd: Haciendo apología a “La parte positiva”, mirar que fotos salieron ese fin de semana: